Hoy en día si una persona quiere hacerse la manicura en casa lo tiene relativamente fácil. Internet y los medios de comunicación ofrecen muchos tutoriales y guías que le permiten apañarse para arreglarse las uñas ella misma.
Preguntémonos entonces ¿por qué nuestras clientas nos llaman para que vayamos a hacerles la manicura o cualquier otro servicio de estética? o ¿por qué visitan nuestro centro de uñas o nuestra peluquería?
Pueden haber varios motivos. En primer lugar, porque como profesionales que somos podemos ofrecerles un servicio de mayor calidad que el que pueden hacerse ellas mismas en casa como simples aficionadas o autodidactas.
Pero hay otras razones por las que contratan los servicios de estética y que debemos tener en cuenta para potenciar y mejorar nuestro negocio.
Analicemos la situación. Cuando una persona va a un Spa, peluquería o estética no sólo quiere que he le maquillen las uñas, también desea darse un pequeño lujo, un capricho, disfrutar de una experiencia agradable, en pocas palabras, sentirse bien.
De ahí la importancia de que nos esmeremos en la atención al cliente. El trato que brindemos a quienes nos contratan va a ser determinante en nuestro éxito como empresarias o como empleadas en el mundo de los servicios de imagen personal.
Una manicurista, esteticista, peluquera o masajista que recibe a sus clientes sin saludarles, sin una sonrisa, que realiza los procedimientos sin manifestar interés, distraída o incluso de mal rollo, no tiene futuro en su profesión, por muy bueno que sea su desempeño técnico.
Los profesionales tipo " Doctor House" no destacan el sector servicios.
Por el contrario una esteticista amable, empática y con buena actitud verá cómo rápidamente su agenda se va llenando de clientes.